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Manual de parsimonia ante un irreal
Posted by Jenso
on
21:33
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
+- Lo primero que olvidé es como olvidar. Después de no conocerte, lo primero que recordé fue que eras un suspiro a la limeña, una rafflesia menos imperfecciones. Antes de pensar en que podía pensar, pensé en ir juntos al paraíso antes de que el diablo se de cuenta de que estamos muertos. Seguidamente, sin dejar de pensar, me declaré soñador impulsivo. En dos minutos posteriores, los sueños eran los arquitectos exclusivos de cada respiro. Con un corazón de papel en las manos, no tenía necesidad de origami. Con un corazón de verdad en el pecho, no tenía necesidad de olvidarte. La ventaja era callar , la desventaja era estar callado. Pensar era un pecado en la capital. Te miré, una vez más, con los ojos cerrados (en muchos casos clausurados), tus mil caras, una más hermosa que otra.
Espérame ilusionada para cuando deje de pensar, tengo un par de presentes para ti. Ese día te daré los oídos de la pareja del poeta y todos los días un mañana de querer sin veda.
Chau
+- Lo primero que olvidé es como olvidar. Después de no conocerte, lo primero que recordé fue que eras un suspiro a la limeña, una rafflesia menos imperfecciones. Antes de pensar en que podía pensar, pensé en ir juntos al paraíso antes de que el diablo se de cuenta de que estamos muertos. Seguidamente, sin dejar de pensar, me declaré soñador impulsivo. En dos minutos posteriores, los sueños eran los arquitectos exclusivos de cada respiro. Con un corazón de papel en las manos, no tenía necesidad de origami. Con un corazón de verdad en el pecho, no tenía necesidad de olvidarte. La ventaja era callar , la desventaja era estar callado. Pensar era un pecado en la capital. Te miré, una vez más, con los ojos cerrados (en muchos casos clausurados), tus mil caras, una más hermosa que otra.
Espérame ilusionada para cuando deje de pensar, tengo un par de presentes para ti. Ese día te daré los oídos de la pareja del poeta y todos los días un mañana de querer sin veda.
Chau